El tema que hemos decidido abarcar hoy es relativo al wifi en los hoteles. Hoy en día, cualquier hotel debe plantearse la posibilidad de ofrecer wifi a sus clientes. Y para ello, debe contemplar las formas que existen para habilitar este servicio en su establecimiento. Ante estos posibles cambios, empiezan a asaltar algunas preguntas como: ¿Ponemos wifi en todo el hotel o solo en zonas comunes?, ¿Posibilidad de ingreso extra o valor añadido? Vamos a ver si podemos contestar a estas preguntas a lo largo de este artículo.
Podría pasarme todo este artículo enumerando tipos de dispositivos que pueden conectarse a internet mediante wifi y que dependen de esta conexión para poder ofrecer al propietario todo su potencial, y cada vez habrán más y más.
Pero como todo nuevo servicio lleva una serie de costes, unos de instalación que salvo averías solo se dan una vez, y otros mensuales de pago al proveedor de Internet. La gente tiende a pensar que el wifi de un hotel es lo mismo que el wifi que pueda tener en su casa, y nada más lejos de realidad. Tener wifi en condiciones en un hotel, incluso si es solo en zonas comunes como los bares, restaurantes, etc., requiere una inversión en hardware importante si queremos hacerlo correctamente.
Yo mismo he podido ver hoteles que disponen de “wifi gratis” pero solo en los alrededores de la recepción. En el mostrador se encuentra un pequeño cartel donde se indica la clave. Se trata únicamente del clásico router doméstico que da el operador de ADLS o CABLE y, por decirlo suavemente, es un disparate desde el punto de vista de la seguridad informática, tanto de los clientes como de los propios ordenadores del hotel, ya que estas invitando a la red de ordenadores de tu hotel a cualquiera, pudiendo esa persona modificar tus equipos, espiar al resto de clientes conectados al wifi, y un largo etcétera. Y ya no hablemos si utilizan nuestro wifi para cometer algún delito como estafas o pedofilia.
Una de las formas correctas sería instalar un sistema “hotspot” (punto de acceso), que detrás tenga un software que se encargue de otorgar acceso. Consiste en que un cliente pueda conectarse libremente a una red wifi (aparentemente desprotegida). Al abrir cualquier página de internet lo que aparecerá será la página por defecto que se haya creado para ese hotel. En dicha página de bienvenida se detallaran las condiciones de uso de dicha red y tras pulsar el botón de “acepto las condiciones” en el caso de que decidamos que el acceso sea gratuito sin ninguna restricción o tras introducir el código de acceso que se le haya proporcionado a ese cliente (código único para ese cliente), ya tendremos acceso a “la red de redes”. En el segundo caso será decisión del hotel si le proporciona dicho código de forma gratuita solo por estar alojado en el hotel, si lo da como “obsequio” por haber consumido en el bar o por haber contratado algún servicio extra, pagando por el uso que haya hecho del mismo a la salida (como si hubiera realizado llamadas desde el teléfono de la habitación) o comprándolo en modalidad prepago. En todos estos casos también es configurable la validez de ese código, desde minutos a semanas.
Hasta hace unos años, el hotel que deseara que hubiera wifi en todas las habitaciones y zonas comunes debía hacer un gran desembolso económico en hardware, además de las incomodidades que conlleva la instalación de metros y metros de cableado de red hasta los puntos de acceso. Actualmente existen soluciones que no requieren de dicho cableado, solo requieren electricidad ya que son puntos de acceso que se comunican entre sí a modo de “repetidores de señal” y que, como ocurre con todo lo informático, cada vez es más barato y con mejores prestaciones.
La próxima semana continuaremos con este tema, pero esta vez centrándonos en el dilema: Cobrar o no cobrar por el wifi a los clientes.
Imagen: Tupolev und seine Kamera
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